En la antigüedad (y seguro que lo has visto en películas), las comunidades se reunían al rededor de una fogata y celebraban con cantos, música y danzas cosas como la buena caza, un matrimonio y estas cosas importantes. Y lo que los unía era la música. Cuando comenzaba a sonar el llamador (así se llama el tambor que invita a las personas a reunirse porque ya va a comenzar el evento, así como las campanas de una iglesia o las trompetas del ejercito de muy muy lejano cuando van a anunciarle a Shrek que ha sido invitado al baile) la gente sabía que era hora de reunirse y disfrutar, y era gracias a la música.
Piensa que si juntamos personas que no hablen el mismo idioma pero igual les ponemos un buen ritmo, eso podría terminar uniéndolos y haciendo que disfruten del momento a pesar de que no se puedan comunicar. Eso estuve pensando al terminar la clase y me pareció brutal. Tal vez ya lo hubiéramos pensado pero yo nunca me había detenido a pesar en que realmente UNE.
Últimamente he renegado mucho sobre las clases que estoy viendo este semestre en la universidad. Veo tres: química, electrotecnia y apreciación artística. Ya este es mi último semestre y siento que no estoy viendo nada relevante para mi vida profesional (es verdad que como un ingeniero integro debería saber estas cosas pero me cuesta). Pero de esas materias, estoy disfrutando particularmente la última. Recién tuvimos una clase sobre instrumentos de percusión (antes tocaba un poco batería, por lo menos ya no hacía ruido xd) y realmente disfruté la clase, me distraje y fue muy divertido. Al final, mis compañeros y yo estábamos tocando un ritmo de bambuco en las tamboras y nos unimos a pesar de que no nos conocíamos de nada, a pesar de que no hablamos y que probablemente nunca nos hablemos, pero ahí estábamos trabajando en equipo para hacer música, para sentirla, para que sonara bien, y todos nos esforzamos y fue genial notar ese poder de unión gracias a la música. Fue como magia. ¿Tú ya lo habías notado?