Ayer escuché una chica hablar de que no quería tener hijos, y la primera razón por la que no quería era porque hacían muchas preguntas. Me puso a pensar en cómo el mundo apaga nuestra curiosidad. Cómo uno nace realmente con una curiosidad innata y el mundo poco a poco nos la arrebata.

Es fácil demostrarlo. Cuando uno es niño quiere entenderlo todo. ¿Y porqué? ¿Y porqué? ¿Y porqué? es común escucharlo en niños. Pero no es común escucharlo en adultos. ¿Qué pasó en el camino?

La gente empieza a denegar la información, a silenciar y hacer que los niños sientan que está mal estar preguntando. Ya en el bachillerato uno duda mucho en preguntar las cosas en un lugar hecho exclusivamente para hacer preguntas y entender el mundo. Ya es poco común que los jóvenes hagan preguntas: ¿será que molesto si digo esto? ¿será que esto es muy obvio y se van a burlar de mí? Estas auto-preguntas que nos hacen sobrepensar la situación y al final impiden que la pregunta salga de nuestra boca.

Como adultos interiorizamos ese sentimiento y se nos hace imposible preguntar, interrumpir, averiguar. Sobre todo con otras personas. A mí me pasa que si quiero saber algo lo apunto y luego lo investigo en internet. Pero ¿por qué? si tengo la respuesta en una persona frente a mí. Es porque el mundo nos quitó la curiosidad. Y esa curiosidad es la que realmente hace la diferencia.

La curiosidad innata humana de saber cómo funcionan las cosas es la causante de que existan las ciencias que dan razón de lo que somos. Es la causante de que diariamente entendamos mejor el universo que nos rodea. Es la curiosidad en los científicos la que permite que se siga investigando todo.

Probablemente a Newton no le cayó una manzana en la cabeza y por eso descubrió la gravedad. Pero sí es claro que se preguntaba diariamente el porqué caían las cosas, ¿por qué no hacia arriba? ¿por qué no flotamos? ¿por qué rotamos al sol? y esa curiosidad intelectual, esa preguntadera, lo hizo descubrir la gravedad y darnos la base de la mecánica clásica. Si en su niñez las personas que lo rodeaban hubieran conseguido reprimir su curiosidad entonces probablemente él no lo hubiera logrado y la humanidad estaría 3 pasos atrás en física actualmente. Porque si Newton no lo hubiera descubierto, alguien más lo hubiera hecho, alguien a quien no le hayan cortado las alas de la curiosidad.

No le cortemos las alas a nuestros niños. Alimentemos su curiosidad.